La Fiscalía ha mantenido este miércoles en sus conclusiones definitivas su petición de nueve meses de cárcel para el hombre juzgado por un delito de maltrato animal por ahorcar presuntamente al perro de su vecino en una urbanización de Ogíjares (Granada) en octubre del 2012.

En el juicio, celebrado en el Juzgado de lo Penal 5, cuyo titular es Miguel Ángel Torres y que ha quedado visto para sentencia, la acusación particular también ha elevado a definitiva su solicitud inicial y ha pedido un año de cárcel para el acusado, cuya defensa ha interesado por su parte su libre absolución.

En la vista, el acusado ha negado que ahorcara al perro, que desconocía que fuera de su vecino, ha declarado que sólo arrastró al animal (que, al parecer, lo molestaba) desde el suelo hasta su maletero para llevarlo a una perrera y que finalmente el can se escapó, por lo que incluso no sabía que estuviera muerto.

Esta versión, según ha informado la letrada Cristina Gallego, de Lemat Abogados (que ejerce la acusación particular), contrasta con la declaración de los dos de los conserjes de la urbanización, que han mantenido que los hechos se produjeron en su presencia.

Según el escrito de acusación del Ministerio Fiscal, los hechos tuvieron lugar sobre la medianoche del pasado 7 de octubre de 2012, cuando el acusado se encontraba en la urbanización El Carmelo de Ogíjares (Granada).

La Fiscalía relata que el procesado colocó en el cuello de un perro de raza mestiza, propiedad de un vecino, una cuerda y dio fuertes tirones del animal.

Esta acción supuso que el perro muriera “de forma gratuita e injustificada”, según el Ministerio Público.

La acusación particular eleva su petición de condena a un año de cárcel y solicita 2.000 euros de indemnización por el daño moral causado al dueño del animal.

También le ha pedido inhabilitación especial de hasta tres años para el ejercicio de profesión, oficio o comercio que tenga relación con los animales.

Según esta acusación, el vecino, molesto al parecer por los ladridos del perro, avisó a los conserjes de la urbanización, que acudieron al lugar y, ante su presencia, atrajo al animal y le colocó una cuerda al cuello, causándole la muerte por asfixia.

Acto seguido, explica la acusación particular, la mujer del procesado le facilitó supuestamente una bolsa en donde metió el cadáver del animal, que a su vez introdujeron en el maletero del coche y abandonaron el lugar para deshacerse del mismo.